Cochabamba, Bolivia, 1929 - 1972
SONETOS DE HUMILDAD
Eres el pan presente cada día...
Eres el pan abierto de blancura
que en su interior creciente me asegura
la humilde devoción de la alegría.
Eres la espiga tierna que podría
retenerme en su cáliz de ternura
y conducirme al sueño que clausura
esta vida recóndita y vacía.
Eres el pan perenne y verdadero:
infancia rubia, dulce levadura
presentida de amor y de tibieza.
Y eres el pan moreno que yo quiero,
inmerso en el dolor que me inaugura
para otra forma de eternal pureza.
¿Dónde está la sustancia verdadera
que hizo del trigo pan; del amor, beso;
de los sedientos labios, embeleso,
y del sueño una eterna primavera?
Vecina de la muerte y de la espera,
¿esconderá la noche - lirio preso,
recóndito albedrío, amor confeso –
tu presencia purísima y ligera?
Compadéceme, amor, porque mi sueño
se acercó demasiado a lo imposible
del pretérito signo florecido.
Compadéceme, amor, que no soy dueño
de mi propia existencia en la terrible
serenidad de tu postrer olvido...
Trigo maduro y amarillo, trigo
ofrecido en la tarde jubilosa
desde la humilde mano silenciosa
serenamente próvido de abrigo.
Fruto lleno de paz, fruto mendigo
del necesario amor de cada cosa.
Al incluirme en tu alma luminosa
de blancura recóndita, te digo.
mi palabra de canto y alabanza,
porque has llegado a mí con la esperanza
de una vida de eternas claridades.
Trigo maduro, de tu lado vengo
y en las manos abiertas sólo tengo
la serena emoción de otras edades.
TENGO LOS PIES SOBRE TU AMANTE ESFERA
Tengo los pies sobre tu amante esfera
y he venido a cantar desde mi arado,
desde el rastrojo azul y enamorado
hasta el barbecho de tu cabellera.
Salióme ronca por la vez primera
y fue combate el aire colmenado;
mi corazón al tuyo conjugado
hace brotar la flor: trigo y mancera.
Hace brotar la flor y me contengo,
porque es vano morirse de alborozo
cuando la espiga su color porfía.
Crezco en mi soledad, pues voy y vengo
multiplicado por el tierno gozo
de saberte perfecta, ¡tierra mía!
VIDA
Hoy canta tu extensión sus atributos
más allá de los signos minerales.
Nuevo coro de voces primiciales
hincha tus campos de lucientes frutos.
Envidiable de brazos y tributos,
abriendo sementera de trigales,
sigue mancera - bueyes fraternales –
uncida a los senderos absolutos.
De tus llanuras nace mi cantiga,
de tu mudar sin fuerza de atadura,
de tú ofrecido idilio, tierra amiga.
¡Rama de tu pureza es mí aventura,
fresco hontanar devuelto por la espiga,
cosecha innumerable por su hondura!
PRELUDIO
Donde encontró la bíblica paloma
reposo carinal para la pena,
donde habitó desnuda la azucena
-luz en la entraña y en la flor aroma-,
donde el amor más cálido retoma
forma de abeja rumorosa y plena,
tu inmenso corazón sembró de arena,
de yedra azul y de fragante poma
este rincón de la esperanza mía.
Aquí la mano abierta fue constante,
su presencia vital se hizo alegría,
y mi cariño fiel -cigarra amante,
severo otoño de melancolía-
cantó su arquitectura desbordante.
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Héctor Cossío Salinas Poeta y literato. Abogado. Diputado y luego Alcalde de su ciudad natal. Impulsó la revista ‘Canata’. Miembro de ‘Gesta Bárbara’. Presidió la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Bolivia. Asesor editorial y codirector de la Enciclopedia Boliviana de ‘Los Amigos del Libro’.
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