JANKO POLIC KAMOV

Susak-Rijeka-Croacia, 1886-Barcelona-España, 1910

DÍA DE LOS MUERTOS

Hice una peregrinación, a los muertos, a ti y mira, mi alma no está triste;
mi pensamiento no es de desesperación, oh, el universo no es cruel.

Cantaba salmos y entristecía a la gente;
mi acusación sería la acusación de la naturaleza, y la gente sería la culpable;
tímido como una oración, distorsionada como Cristo, santa como el aire de la iglesia.
Dios es su temor y sin cabeza como un rebaño de ovejas;
es como la manía de los hambrientos y el temor de los esclavos;
el miedo es su crimen y el error es su hijo.

Tierra húmeda, los rayos del sol te besan y las gotas celestiales te acarician:
mujer de pechos lechosos y secretos de amor;
mujer de versos ardientes y amor de una prometida celestial.
Divinos son tus hijos y verde es su nombre;
alegres son tus hijos y los pájaros son sus cuerdas;
fragantes son tus hijos y la brisa es su canción;
eres una chica del pueblo y no tienes colores de ciudad;
completo es tu cuerpo y el amor es su inclinación;
tu alma es como un cuerpo:
ustedes son todos armonía, todos son belleza como verdad eterna.

Y un hombre se lanzó:

tu cuerpo es golpeado y una maldición es tu bendición;
la sífilis de los huesos y la podredumbre de los pulmones es su sustento;
un miembro muerto es tu amor y tu cruz es verde;
decaimiento son tus cuerdas y el dolor es tu cuerda -
peaje son lágrimas, oh muerta es tu prometida y tus hijos son gusanos.

Un depósito de desechos y decadencia, del gran crimen del hombre;
mudo es tu acusación, carne batida;
amargo es tu juicio, virgen violada;
devastador es tu tragedia como la muerte y tu dolor no tiene medida.
La pluma es mi trompeta:
oscuros son tus actos, oh estás muerto;
oscuro como el amor de Sócrates y repulsivo como el cuerpo de un asceta;
poderosos son tus errores y no hay perdón para ellos;
no hay perdón para ellos y tu dado ha sido rodado;

muertas son tus almas, ¡muerta es la resurrección!

La pluma es mi trompeta y el universo es su eco;
la eternidad sonríe: la tierra no ha muerto;
las cruces se rompen y el tiempo destruye las tumbas -
Quiebra es mi poema: ¡que los vivos vivan!

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