Lubin-Polonia, 1908 o 1910-Inowroclaw, 1987
LÁGRIMAS DE SANGRE
(Como sufrimos por culpa de los alemanes en 1943 y 1944)
En los bosques. Sin agua, sin fuego - mucha hambre
¿Dónde podían dormir los niños? Si tiendas
No podíamos encender fuergo por la noche
Durante el día, el humo podía alertar a los alemanes
¿Cómo vivir con los niños en el frío invierno?
Todos están descalzos...
Cuando nos querían asesinas,
primero nos obligaron a trabajos forzados
Un alemán vino a vernos
-Tengo malas noticias para vosotros
Quieren mataros esta noche
No se lo digáis a nadie
Yo también soy un Gitano moreno
de vuestra sangre - es verdad
Dios os ayude
en el negro bosque...
Habiendo dicho estas palabras,
él nos abrazó...
Durante dos o tres días sin comida
Todos yendo a dormir hambrientos
Incapaces de dormir,
mirando a las estrellas...
¡Dios, qué bonita es la vida!
Los alemanes no nos dejarán...
¡Ah, tú, mi pequeña estrella!
¡al amanecer qué grande eres!
¡Ciega a los alemanes!
Confúndelos,
llévalos por mal camino,
¡para que los niños Judíos y Gitanos puedan vivir!
Cuando el gran invierno venga,
¿qué hará una mujer gitana con su niño pequeño?
¿Dónde encontrará ropa?
Toda se ha convertido en harapos
Se quieren morir
Nadie lo sabe, sólo el cielo,
sólo el río escucha nuestro lamento.
¿Cuyos ojos nos veían como enemigos?
¿Cuya boca nos maldijo?
No los escuches, Dios
¡Escúchanos!
Una fría noche vino
La vieja mujer Gitana cantó
Un cuento de hadas gitano:
El invierno dorado vendrá,
nieve, pequeña como las estrellas,
cubrirá la tierra, las manos.
Los ojos negros se congelarán,
los corazones morirán.
Tanta nieve caerá,
cubrirá el camino
Sólo se podía ver la Vía Láctea en el cielo
En esa noche de helada
una hija pequeña se muere,
y en cuatro días
su madre la entierra en la nieve
cuatro pequeñas canciones
Sol, sin ti,
ver como una pequeña gitana se muere de frío
en el gran bosque
Una vez, en casa, la luna se detuvo en la ventana,
no me dejaba dormir. Alguien miraba hacia el interior
Yo pregunté-- ¿Quién está ahí?
--Abre la puerta, mi negra Gitana
Vi a una hermosa joven judía
temblando de frío,
buscando comida
Pobrecita, mi pequeña
Le di pan, todo lo que tenía, una camisa
Nos olvidamos de que no muy lejos
estaba la policía
Pero no vendrían esta noche
Todos los pájaro
rezan por nuestros hijos,
por eso la gente malvada, víboras, no los matarán
¡Ah, destino!
¡Mi desafortunada suerte!
La nieve caía tan espesa como hojas,
nos cerraba el camino,
tal era la nieve, que enterró las ruedas de los carros
Había que pisar una huella,
empujar los carros detrás de los caballos
¡Cuánta miseria y hambre!
¡Cuánto dolor y camino!
¡Cuántas afiladas piedras se clavaron en los pies!
¡Cuántas balas silbaron cerca de nuestros oídos!
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