ROBERTO FLORES ALVAREZ


Vallenar-Chile,1909- La Serena, 1984

ROMANCE DE LA AÑAÑUCA


Añañuca de mis sierras
sangre del cobre florida –
en la acuarela de mi alma
eres recuerdo y herida.
Rojo dolor del minero,
hondo cantar de esperanzas,
En el fulgor del lucero
están dormidas tus ansias.
Hermana de los copihues
talle verde, rojos labios –
sobre sus mesas humildes
los campesinos te amaron;
y es coralina tu gracia,
añañuca de la aurora,
cuando te luces prendida
al pecho de las pastoras.
Cuando sus notas desata
la ruda orquesta del viento,
eres Pavlova escarlata
danzando sobre el desierto.
Junto al esquivo sendero
ríes bermeja alegría;
lamparita de minero,
que buscas vetas perdidas.
Son los cactos de las cimas,
tus centinelas agrestes;
con sus espadas de espinas
montan guardia en el Oriente.
El algarrobo sombrío,
en invernales mañanas,
con lágrimas de rocío
llora tu ausencia serrana.
Los ojos de los chañares
sólo florecen por verte;
la noche viene a los valles
para besarte la frente,
Y el puma de las llanuras,
señor del ancho desierto
tiene un fulgor de ternura
frente a tu cáliz abierto.
Añañuca solitaria,
roja bandera del viento;
como una herida o plegaria
te llevo ardiendo en mi acento.
Eres la savia del cobre
que floreciera en silencio
por eso busco tu nombre
por las vetas de mi verso.
Voy socavando mañanas
Con mis barrenos de sueños;
llegaré al fondo del alba
con mi ilusión de minero.
La añañuca de la aurora
la esconderé bajo el pecho,
y no sabrán de la gloria,
que ilumina mi silencio.
Añañuca de mis sierras,
sangre, símbolo y herida;
en las llanuras de mi alma
eres mi verso y mi vida.

http://www.galeon.com/escritoresdeatacama/rf.htm

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