Bulgaria, 1935
ASUNCIÓN
No voy a morir como la demás gente.
Ya he dejado
de soñar,
y eso sería impensable…
No quisiera que todo parezca forzado,
y que el tiempo se llame Gran Sueño,
y que de pronto yo lo sepa todo.
Y tener que suspirar: ¿Me permitiría elegir
una muerte más digna,
ahora que estoy al borde de todo?,
para empezar de esa forma la partida.
Ahora estoy en el fin del mundo
y todo va a consumarse.
Pero antes de que algo suceda,
me gustaría ver otra vez a aquella niña,
la de la eterna sonrisa insolente
en la que yo me vi
por primera vez.
La luna se oculta
en redondas latas de galletas,
azotada por el viento
como una veleta oxidada.
En esa caja permanece al acecho
la pistola de mi padre,
porque…
no voy a morir como la demás gente.
(Traducción de: G. A. Chaves, 2010)
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