ARMANDO LOPEZ MUÑOZ

San Salvador-El Salvador, 1930-1960

SALTO AL VACÍO

"...Me llamaréis vagabundo y tahúr,
titiritero de la vida,
porque me pongo a saborera
de antemano esta muerte...

De pronto este hilo impreciso se rompe en un determinado segundo;
los relojes están parados,
sólo el pulso sigue caminando, subrepticiamente.
Es necesario que el pulso sobreviva
-valga la expresión-
para que tenga tiempo de atar los cabos inconexos
antes de expirar POR ÚLTIMA VEZ
y para que tenga la presencia del minuto que queda;
es necesario mantener la calma
indagar, lo más posible,
si valía o no la pena preocuparse por  morir.
Uno no tiene casi nada;
unas monedas en la bolsa,
el usufructo del mundo
o la promesa de alguna amante infiel.
Y conservando ésto
en el mismo momento que damos vueltas a llave dela casa,
cómoda y seguramente,
imprescriptibles, inalienables, inverosímil...
Cómo si tuviéramos a la inmortalidad por los cabellos
con un título cualquiera de propiedad.
Y no es que el poeta tenga plena consistencia
en la validez de estas palabras que corren por su mano,
es, sencillamente, que va quedando poco tiempo
y los hilos de la historia no logran establecerse en nudo;
él se siente en vilo un momento,
para caer en estrépito
en la vulgaridad de los adoquines callejeros;
sueña con un poco de humo
-su tabaquera siempre está repleta-
y cuando logra despejarse
hay un terco vicio y el fantasma de una historia
Es que nunca hubo nada, simplemente no había nada
en el cajón de los misterios;
todo era un juego vano, un puro malabarismo;
la historia, guardada con tanto celo
en los anaqueles de las bibliotecas
o continuada vigorosamente por las calles y los campos
a cobrado el toque de queda,
el minuto de silencio
Y a la pregunta que inquiere
por la solidez de los cimientos, 
todo se esfuma,
porque el ritmo loco del mundo
no resiste la mínima duda
y porque uno debe morir sobre la marcha

"Más no es posible, no es posible..."
(¡se restauraron los relojes!)
El tiempo retorna toda su aspereza,
se frota, como una cerilla,
e inflama las vigilias y los sueños sempiternos,
"Más no es posible, no es posible",
se dice,
"volvamos a contar..."

"Espera. No, Dejemos de insistir...
Yórick..."


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