El Pireo-Grecia, 1922-1998
NO TIENES NOMBRE
Mientras más cerca de mí palpitas, más me circundas,
tocas mis cabellos, enciendes mis mejillas, tanteas mi ropa,
y no tienes nombre para llamarte,
súbito estremecimiento de la vida,
viento que se levanta de las entrañas invisibles de la música
de la oscura raíz de la tierra
No tienes nombre para llamarte.
Pero tu felicidad agranda los surcos de mi existencia,
porque contigo respiro en la Verdad,
porque tiemblo, como un ardiente deseo, en el ritmo secreto
del mundo
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