San José, Costa Rica, 1866 - Barcelona-España, 1909
MERCANDO LEÑA
-¡ Hola, ñor José María!
Traiga la leña pa verla.
Cuánto cobra?
-Cinco pesos.
-¡Ave María gracia plena!
¡Los tres dulcísimos nombres!
-Deje la jesuseadera;
yo pido lo que quiero
y usté ofrece lo que ofrezca,
que usté manija su plata
y yo manijo mi leña,
y no hemos de disgustalos
por cuestiones de pesetas.
Eso sí, quiero decile
que repare en la carreta,
y que espí si está cargada
con consencia o sin consencia.
Si le cabe un palo más
me lo raja en la cabeza.
Yo soy un hombre legal,
feo desilo; pero vea,
a yo naide me' asariao
hasta l'ora por mi leña.
Esta es quisarrá amariyo,
laurel y madera negra:
de jierro pa' consumise,
y pa prendese de yesca.
Con una leñita asina
se lucen las cocineras.
-Sí, pero está muy menuda;
tres pesos le doy por ella.
-Por cuatro se la vaseo.
-Si quiere los tres, vaséla.
-Se la pongo en tres con seis,
nada más que pa que vea
que yo, si quiero tratar.
-No mejoro la propuesta.
Acuérdese qu'és verano
y que anda dunda la leña.
Sabe en cuánto compró dos
carretadas ña Manuela,
la mujer que vive ayí
'onde está echada la perra?
¡En cinco pesos!
-Caramba!,
de fijo que era de cerca.
Tal vez jocote o güitite?
-¡Qué va pa güitite!...Buena:
juaquiñiquil y targuá...
-Puede ser que asina sea.
Mas volviendo a nuestro trato
se la largo en tres cuarenta.
-Los tres pesos que le dije.
-Arrimeles la peseta
y tratamos.
-Ni un centavo.
-Dónde le boto la leña?
-¡Abrite el portón, Jacinta!
-¡Está con yave, ña Chepa!
-Aspérese, voy'abrile.
-¡Gui! Güey viejo sinverguenza!
¡Confisgao tan pachorrudo!
Gui, gui. Jesa, jesa, jesa!
-Entrela en brasaos pequeños
pa librar la chayotera.
Coja por este saguán
y d'iay cruza a la derecha,
y en el rincón de l'esquina
me l'acomoda en estebas
de modo que deje paso
al común.
-Sí,? De deveras?
Con que quiere de remache
que le meta yo la leña
y que d'iay se la acomode,
y que ha de ser de manera
que dé paso a la letrina?
Dígame, señora Chepa:
no le gusta más pelada
y olorosa a yerbagüena,
y con lasos en las puntas,
y aspergiada de canela,
y que además le regale
como a modo de una feria,
el chonete, los güeysiyos,
los calsones, la carreta,
y este chuso, y esta faja,
y'a la sonta de mi agüela?
-¡Qué hombresillo tan malcriao!
¡Cargue pronto con su leña!...
-¡No! ¡Si la voy a dejar
pa que la queme de muestra!...
¡Que me alse el patas el día
que güelga a tratar con viejas!
-¡ Hola, ñor José María!
Traiga la leña pa verla.
Cuánto cobra?
-Cinco pesos.
-¡Ave María gracia plena!
¡Los tres dulcísimos nombres!
-Deje la jesuseadera;
yo pido lo que quiero
y usté ofrece lo que ofrezca,
que usté manija su plata
y yo manijo mi leña,
y no hemos de disgustalos
por cuestiones de pesetas.
Eso sí, quiero decile
que repare en la carreta,
y que espí si está cargada
con consencia o sin consencia.
Si le cabe un palo más
me lo raja en la cabeza.
Yo soy un hombre legal,
feo desilo; pero vea,
a yo naide me' asariao
hasta l'ora por mi leña.
Esta es quisarrá amariyo,
laurel y madera negra:
de jierro pa' consumise,
y pa prendese de yesca.
Con una leñita asina
se lucen las cocineras.
-Sí, pero está muy menuda;
tres pesos le doy por ella.
-Por cuatro se la vaseo.
-Si quiere los tres, vaséla.
-Se la pongo en tres con seis,
nada más que pa que vea
que yo, si quiero tratar.
-No mejoro la propuesta.
Acuérdese qu'és verano
y que anda dunda la leña.
Sabe en cuánto compró dos
carretadas ña Manuela,
la mujer que vive ayí
'onde está echada la perra?
¡En cinco pesos!
-Caramba!,
de fijo que era de cerca.
Tal vez jocote o güitite?
-¡Qué va pa güitite!...Buena:
juaquiñiquil y targuá...
-Puede ser que asina sea.
Mas volviendo a nuestro trato
se la largo en tres cuarenta.
-Los tres pesos que le dije.
-Arrimeles la peseta
y tratamos.
-Ni un centavo.
-Dónde le boto la leña?
-¡Abrite el portón, Jacinta!
-¡Está con yave, ña Chepa!
-Aspérese, voy'abrile.
-¡Gui! Güey viejo sinverguenza!
¡Confisgao tan pachorrudo!
Gui, gui. Jesa, jesa, jesa!
-Entrela en brasaos pequeños
pa librar la chayotera.
Coja por este saguán
y d'iay cruza a la derecha,
y en el rincón de l'esquina
me l'acomoda en estebas
de modo que deje paso
al común.
-Sí,? De deveras?
Con que quiere de remache
que le meta yo la leña
y que d'iay se la acomode,
y que ha de ser de manera
que dé paso a la letrina?
Dígame, señora Chepa:
no le gusta más pelada
y olorosa a yerbagüena,
y con lasos en las puntas,
y aspergiada de canela,
y que además le regale
como a modo de una feria,
el chonete, los güeysiyos,
los calsones, la carreta,
y este chuso, y esta faja,
y'a la sonta de mi agüela?
-¡Qué hombresillo tan malcriao!
¡Cargue pronto con su leña!...
-¡No! ¡Si la voy a dejar
pa que la queme de muestra!...
¡Que me alse el patas el día
que güelga a tratar con viejas!
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