La Haya-Holanda, 1898-Laren, 1972
UN POEMA DE JEF LAST
Casi niños aún, bellos, serenos,
van cantando a la muerte estos muchachos.
Y su irse desangrando poco a poco
tan sólo es comparable al de la aurora
Cuando en el viento suenan, apagándose
sus últimas canciones,
es entonces igual que si sus ojos
fueran preciosas flores pisoteadas
Así los corazones más hermosos
por la felicidad humana han muerto
De los sangrientos campos españoles
llega, pura, a nosotros su llamada
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