JOAQUÍN MARCO


Barcelona (España), 1935

CONFESIÓN

¿Es verdad que hubiera sido posible aquella noche?

Cada vez que recuerdo se me cierran los ojos.
Bebimos la ginebra hasta el amanecer.
Acariciando sus cabellos, junto a aquel ventanal,
hablamos, por fin, de nuestras cosas
(esto lleva el camino de convertirse en un poema
romántico o en una confesión).
Había como celos flotando en el ambiente,
celos de tanta realidad.

¿Es verdad que hubiera sido posible aquella noche?

Todo estaba en su punto: el amor,
las ganas de gozar, el verano y cierta admiración.
Así que (como siempre las cosas se pasan de vulgares)
creí portarme bien prescindiendo de ti, amor,
de la noche, de aquella libertad.
Y quedamos citados para el día siguiente
(aquello fue una trampa).
Fue un error por mi parte el decirte
que podía esperar, porque necesitaba
sentirte junto a mí, ya para siempre, para siempre jamás.

EL HOMBRE -como dicen los verdaderos chinos-
ES UN ASNO QUE VUELVE A TROPEZAR
EN LAS PIEDRAS DE LOS MISMOS CAMINOS

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