Itauguá, Departamento Central, Paraguay; 1897 - 1984
TUS HOYUELOS
Sonríe, te pido, graciosa muchacha, dueña de mi amor,
que vea otra vez allende tu boca los dulces hoyuelos;
en ambas mejillas vino a hincar su dedo, Dios Nuestro Señor,
y en el hueco tenue quedaron manando veneros de amor.
Que al atardecer la luna relumbre en medio de tu rostro,
y en lecho de gozos se busquen, se abracen tu querer y el mío
a las escondidas, jugando vivaces, se tienten y rueden
y se bañen juntos en tus dos hoyuelos al poniente aquel.
Sonríe, te pido, graciosa, muchacha, que me aturde el pecho;
sedientas te buscan con alas polícromas las raudas libélulas,
pues de tus hoyuelos borbotea un agua que las desatina,
y dos mariposas mojar sólo quieren sus codos alados.
Aquí en tus mejillas vino a hincar su dedo Dios Nuestro Señor,
y en el hueco leve quedaron bullendo fuentes de cariño;
sonríe, te ruego, graciosa muchacha, dueña de mi amor,
que quiero cantar esos tus hoyuelos allende tu boca.
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