Moscú-Rusia, 1856-París, 1939
UNA VEZ MÁS
Tarde otoñal. Una vez más lloro.
Y quizá la Tristeza está cerca.
Una vez más la mano pálida
vistió mi corazón con una mortaja blanca.
¡Qué difícil, doloroso y amargo!
Una vez más los días saldrán al encuentro.
Una vez más el alma divisará luces rojas
en la oscuridad infinita.
Y por mucho tiempo se oirá
en la última bruma, el llanto afligido.
Yo espero. Hacia mí, de la oscuridad,
viene el verdugo.
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