Manila-Filipinas, 1899-1990
Foto: Enrique Fernández Lumba a la derecha, en San Francisco, con su hija Charing y con Tony P. Fernández
TUS CARTAS
Yo las conservo como reliquias
de un amor grande, pero ya muerto;
yo las conservo como cenizas,
como despojos de extinto fuego.
Yo las conservo con el cariño
con que se guardan tristes recuerdos,
con la amargura de un bien perdido,
con el cuidado de un pobre viejo.
Cuando las miro, suave amargura
sube a mis ojos, llena mi pecho
y hondos suspiros el alma inundan:
tristes suspiros que van muy lejos.
¿Quién me dijera que ayer en ellas
tú me juraras amor eterno,
tú me escribieras tantas ternezas
y me olvidaras muy pronto luego?
Por eso siempre cuando las miro,
dolor agudo hiere mi pecho,
porque me hablan de un amor mío
que fue muy grande, que ya está muerto...
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