NIKOS FOKÁS

Cefalonia-Grecia, 1927

LO CONOCIDO

Amo la rutina, la repetición, el hábito
Como el creyente las normas de su iglesia.
Adoro lo finito
Lo conocido y cotidiano.
O eso o nada –¡elegid!

He aquí algo conocido: una camarera
Tiende la cama empezando
Por el llano colchón.
Agrega, agrega, agrega.
Ahora la cama se levanta como colina –un monumento.

Otro: un estudiante hace jogging.
Lo vemos venir desde cierta distancia.
Detrás de él su largo cabello
Baila a derecha e izquierda como si siguiera
Las huellas de otra persona.

Otro: una mujer baja
Su última prenda interior que se desliza
A lo largo de sus piernas y se queda desnuda.
Por la costumbre su desnudez también parece un vestido.
Que lo conserve, aún es vida.

En lo conocido incluyo sismos
Guerras, enfermedades, derrocamientos;
Sólo basta que sobrevivamos cada vez.
Un día moriremos, ni siquiera tendremos
La espera cotidiana de nuestra muerte.

Véase La Jornada Semanal, núm. 702, 17/VIII/ 2008.
Este poema está tomado del libro Color gris cálido, 1989.
Versión de Francisco Torres Pbro Sebastián Rivas Córdova

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