Goor-Holanda, 1934-Glimmen, 2012
EL DIOS EN MI CEREBRO
Cuando casi estaba despierto recordé
que esa noche había vivido en el pasado
y sin el menor asombro había vuelto
a creer que Dios existía
quería por fin hablar con él
es un hombre muy amable me dijeron
le puedes llamar por teléfono
llamé y escuché una voz, una voz muy dulce
así que me imaginé una dulce mujer alada
como las que se ven en las tarjetas de felicitación
si quiere hablar con dios, dijo, pulse uno
si no lo quiere no pulse
pulsé uno
y la misma mujer alada dijo: todavía hay
una persona a la espera y esa persona es usted
recordé que tuve que meditar sobre esto
infinitamente hasta que desperté y Dios había vuelto
a desaparecer, por ahí en mi cerebro
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