Nowogródek-Polonia, 1798-Constantinopla, 1855
AJUDAH
Recostado en la roca del Ajudah, me gusta
ver las embravecidas olas, cuando en estrechas
filas negras estallan o, como nieve argéntea
magníficas circulan en miles de arco iris
Tocan la playa, en ondas pequeñas se deshacen,
invaden las orillas cual tropa de ballenas,
la tierra, triunfadoras, conquistan y se vuelven
otra vez, esparciendo conchas, perlas corales
Así en tu corazón, joven poeta, grandes
tempestades levanta la pasión a menudo
pero cuando la lira suenas, a hundirse corre,
sin herirte, en las ondas del olvido, y tras ellas
deja inmortales cantos, con que luego los siglos
tejerán la corona que tus sienes adorne
Sonetos de Crimea, 1826
Traducción de Juan Rejano
Museo Adam Michiewicz
Vilnius, Lituania
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