Buenos
Aires-Argentina, 1928-2006
ULTIMO
POEMA
Vení
Vamos a
escribir el último poema
Tienes
todo preparado
El mar
el lápiz la cerveza
Pero tienes
plateada la cabeza
Se te
nota en todo tu aspecto
Que vas
a escribir un verso
Pero sufrirás
antes del amanecer
Después
de veinte años de silencio
No no
es esto lo que yo quería decir
Pronunciarás
las palmas las palmas las palmas
Y lo
hará con toda nobleza
Sabiendo
que es inútil que escribas un verso
Pero este
es el último
En tanto
La bañista
frente a mí
Se cubre
desolada la cara con las manos
Islas
Canarias
De “Pateando
un empedrado”, 1970
De Antología
de la poesía Argentina, Selección R.G. Aguirre, 1979
ALGUNAS
VECES CUANDO EL VIENTO...
algunas
veces cuando el viento te da de plano en la cara
y vas
en busca de algo
y te
ves reflejado en el cristal de un cine cerrado
es eso
que
brillas en el cristal que te corresponde
ESTÁS
MEDIO...
estás
medio arrepentido por algo
que no
sabes si has hecho
has
escuchado media hora un músico
y
tomaste el montacargas de las mañanas
has
pasado por un piso oscuro
acomodándote
y con
los mismos pasos desubicados
te
apretabas la frente como siempre
como
si quisieras ponerla en una estantería de curiosidades como una corona
200
años de poesía argentina, selección de Jorge Monteleone,
Editorial
Alfaguara, Buenos Aires, 2010
para
ser leído –o cantado o tarareado—
si es
posible bajo la inspiración o insinuación
de la
música de la música del tango la casita de mis viejos
cómo
te has arrastrado (RECITADO)
vuelves
vencido a la casita de los perros
los
tangos los amigos y el jet set en los gomeros
vuelven
tus hijas
y está
beatriz en estanciera
esperándome
cómo
te arrastras te falla el encendido
los
tangos los amigos y el primero de año
los
whiskys suburbanos el vino Adelantado
y la
penumbra fiel
te
vuelves del pasado sobre cuatro ruedas
sobre
cuatro presiones de viento y mal olor
te
vuelven tus amigos con warren con arturo
y
susana en short
cómo
llegaste de herido con las nenas
a
darte una sorpresa de mármol y de candil
a
fregarte las manos de tangos y de galgos
en la
tarde gris
cómo
volviste mijo de tus treinta abriles
con
barba de aquel día que cayó en las peñas
la
suela que raspaba baldosas tan queridas
por tu
incauto corazón
qué
dulce este primero de año de tus años
con un
sol más potente que tu acelerador
beatriz
estaba en malla tus ansias en cervezas
y la
eskabe más muda que tu televisor
vuelves
vencido encanecido y suerte
que
las copas rompieron pinturas y tanguitos
van
riel ya no era nada veleria una cosaca
y tus
viejos la luna de un espejo quebrón
vuelven
tus hijas danzando unos lanceros
patricias
argenteaban de mimo el comedor
los
gatos se ausentaban las plantas reprimían
su
baby doll
vicente
lópez era vicente greco
y
carlos efe melo un intendente más
tu
remera remaba entre trilobitas
y las
persianas de corrientes
caravelles
suspensos de tangos en francés
y la
copa caída al suelo era un cristal más fino
que
los lentes con aros de latón de tu abuelo francés
(y en
la dulce elegía de este primero de año
plantaste
con tus hijas la lluvia en el jardín
florecían
los tangos chascomús era un río
el
filo de unos dientes el mango de un cuchillo
una
rana perfecta pegándole a los sapos
un
asfalto tedín que llama por teléfono
desde
la central cuyo
en
esta tarde gris)
viajo
con mi valijita de recuerdos
esta
brocha la compré con bocha en necochea
la
jabonera es obra del amor de cuqui me la señora para cuando vaya a necochea
pero
los eructos de los reyes se oían a 3 km. de profundidad
voy a
desprenderme de todo!
pero
tomé la valijita de mi casa y el espejo quebrado y me fui
EL
MUCHACHO Y LA MUCHACHA
el
muchacho llegaba recién perfumado para ella
la que
tenía
empleando
su mejor sonrisa de la tarde
había
elegido con cuidado la corbata
para
ella
no
había dejado de pensar en todo el fin de semana en los besos de la madrugada
hacía
poses frente al espejo
hacía
apariciones espectaculares
simulaba
y la
muchacha pensaba en otro muchacho
las
oficinas desenvolvían su amor y sus ratas
y allí
estaba ella
resplandeciente
como una gillette al fondo del pasillo
útil
indispensable
a la
par que amorosa
cinderella
y ella
dudaba de los besos que le había dado y de la madrugada y del amor antiguo de
dafnis y cloe
el
muchacho no se daba cuenta
de que
la muchacha no era para él
tampoco
él pensaba que su traje estaba viejo
sus
zapatos no brillaban
y se
había afeitado a las nueve de la mañana
ella
sí estaba maquillada como para filmar una película
primera
estrella
que
alzaba sus piernas en cortes
VEINTITANTOS
AÑOS
de
nuevo me he encontrado con la noche
su
recinto es el mismo no ha cambiado
el
estanque húmedo
las
balaustradas
la
soledad es la misma la arbitraria
aunque
apriete los tacos
simule
indeferencia y silbe
las
manos en los bolsillos laureados
no
puedo ignorar la noche
hirviendo
sus caracoles negros infinitos
contra
mi corazón que es un desastre
cada
noche que pasa entre sus focos
cada
sueño que tiro por la cama
cada
bala que deja tu revólver
cada
petunia que ofrezco a la mujer
cada
vez que llamo el ascensor
y le
pregunto por el piso mío
sólo
la muerte se me acerca un poco
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