Plovdiv- Bulgaria, 1931
SILLA
Ocasionalmente colocada en el centro del patio
de cara a la montaña, la silla resplandece
en la vibración de la sombra reticular.
Y yo, depués de tanto tiempo,
percibí en ella la silueta de un hombre sentado.
Y yo, después de tanto tiempo,
pensé en el hombre que había inventado
la franqueza de la forma de sentarse.
(Ahora, cuando mejor aprecio la vida,
los valores omitidos
me dejan cada vez más estupefacto…).
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