DÁMASO OGAZ

Santiago de Chile,1924- Caracas-Venezuela, 1990

TIEMPO


Somos un estar anegados de aureolas antiguas

una tolvanera en la osamenta de un iris convulso

succionado por reflejos

que dan forma al vacío de los cristales

hacia un recóndito rumbo extraviado
en el fondo de los delirios.
Vamos transportando desnudos brotes
que taladran los vitrales deshechos
en un desierto de columnas confusas
como lejanas cárceles de eterna luna sin rostro
sin saber bajo qué isla sobrevive el germen
ni qué atmósfera se agita desvanecida en el humo
taciturno y seco de las mareas
llevando siempre
donde un pez petrificado araña el pulso
de la espuma con un eclipse creciente
de alas enrojecidas
un morado cuerno grumoso
semejante a signos invisibles.
Vamos por un árbol en densidades fugaces
con ese musgo alto
esa ermita tatuada en la órbita de la espiga
que cruza su música de ebrio arpegio violado
a la sal de una larva de luces
degollada en el magnetismo de las playas estáticas.
Oh unificado arcano vas coagulado en los abismos
donde varios mundos te contemplan
abatiéndote en las gotas de un lirio doliente
que aúlla en las rocas efímeras de los cauces.
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