PIERRE JEAN JOUVE

Arras-Francia, 1887-París, 1976


AH, EL POETA

Ah, el poeta escribe para el vacío de los cielos
¡Puro azul que el invierno no logra ver más! Escribe en
la conjuración de los silencios de nieve, ¡en los ahogos de las 
fiestas falaces! y en la carencia y en la opacidad, cada una 
de sus líneas es como si no estuviera (y su fino personaje, a
la luz vestido, es como si no estuviera)
Y sólo en la conjuración secreta y admirable, véanlo
defender sus amores extraños
Cuando en su lugar nadie tuvo coraje de amor
Entonces en la orilla negra de los fabulosos vientos y de
los sueños de algas, y bajo el peso dulcísimo de tempestades
de bruma
Encierra la palabra en la botella verde,
Campanas de desesperanza y de horribles grumos
Lanza a la ola superior una botella sin acción, sin fuerza
y sin dirección que alcanzará el nivel de amor
Un día, fuera de toda belleza, de toda gloria, de todo día.


(Lengua. 1952)


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