Ville-d'Avray (Hauts-de-Seins) Francia, 1920-París, 1959
EL FUGITIVO
Bajó corriendo la ladera de la colina
Sus pies hacían rodar las piedras
Arriba, entre los cuatro muros
La sirena cantaba sin alegría
Respiraba el olor de los árboles
Con su cuerpo como una fragua
La luz le acompañaba
Y hacía bailar su sombra
¡Ojalá! me dejen el tiempo
Saltaba entre las hierbas
Cogió dos hojas amarillas
Llenas de savia y de sol
Los cañones de acero azul escupían
Cortas llamas de fuego seco
¡Ojalá! me dejen tiempo
Llegó cerca del agua
Hundió su rostro en la corriente
Se reía con alegría; bebió
¡Ojalá! me dejen tiempo
Se levantó de nuevo para saltar
¡Ojalá! me dejen tiempo
Una abeja de cobre caliente
Lo fulminó sobre la otra orilla
La sangre y el agua se mezclaron
Había tenido el tiempo de ver
El tiempo de beber de este riachuelo
El tiempo de llevar a su boca
Dos hojas llenas de sol
El tiempo de reírse a la cara de los asesinos
El tiempo de alcanzar la otra orilla
El tiempo de correr hacia la mujer
Había tenido el tiempo de vivir.
Versión de Claire Deloupy
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