JESÚS EMILIO VALENZUELA

México, 1856-1911

DON QUIJOTE

Camina, de quimeras coronado,
seco y cetrino, con su rocín mansueto
ceñidos cinturón, adarga y peto
y al tizona en el siniestro lado,

el inmortal Quijote, el esforzado
paladín de ideal, loco discreto,
enardecido por su amor secreto,
distante siempre, pero siempre amado

Es ficción y es verdad: así el fecundo
anhelo va por la intrincada senda
de la vida falaz y encantadora:

el mal y el bien luchando por el mundo;
en el desierto abrasador, la tienda;
y en la profunda oscuridad, la aurora


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