RAFAEL OLIVARES FIGUEROA

Caracas-Venezuela, 1893-1972

Alma mía, la ciudad parece olvidar tu nombre,
y, como dibujo de anticuario,
se encristala en el frío traducido de la tarde.

He aquí la niebla: zorra gris
escapada de las montañas del cielo

Pero, nuestras mejillas están  juntas;
y el óleo arde bajo tus cejas
podría fundirla, de repente,
si tus miradas no fueran ya como dos lirios
en el cieno de mis ojos

(El Havre, 1936)



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