FRANCISCO G. PARDO

Caracas - Venezuela, 1829-1882



SOLEDAD


¿A qué tan dulces horas
traer al corazón, Leonor altiva,
si el sol de esas auroras
ya pasó como lumbre fugitiva?
Calla está la ola
del blando río; el aura no despierta;
y mi alma está sola!
Y la tuya, Leonor... la tuya ¡muerta!
Mira el bosque, sombrío;
mustio el ciprés; fatídica la nube;
y tu suspiro, ¡frío!
como esa niebla que del lago sube.
De tanto amor, abrigo,
allí está ¿no la ves? seca la palma
que fue mudo testigo
del amor de tu alma y mi alma.
Iris de mil colores,
que espléndido brillaste una mañana,
te fuiste con sus flores
y entre sus orlas de zafiro y grana.
Todo sobre la ola
pasó del tiempo, con tu amor y el mío;
y mi alma está sola!...
y está sin ti mi corazón vacío.

Poesía de Venezuela
Románticos y Modernistas
Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966

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